Fotografía: Miguel de Guzmán
Un programa básico de Centro de Salud, estipulado en un Pliego bastante estricto en cuanto a superficies y distribución. En este caso, 12 consultas, Sala de extracciones y curas, Sala de usos múltiples, un Punto de Atención Continuada (urgencias) y la correspondiente dotación administrativa de todo ello.
En el momento del concurso, un amplio descampado sin rostro, una tierra de nadie entre viviendas unifamiliares y viejos bloques abiertos en “las afueras” del pueblo, bajo la presencia entre amenazante y familiar de la Maliciosa y la Bola del Mundo. El solar, una esquina con algo de residual, forma irregular y sin una orientación clara respecto al entorno.
Dada la irregular forma del solar y la escala de la zona, se optó por la fragmentación en tres bloques “especializados”: las consultas, la zona administrativa y las urgencias. En definitiva, tres prismas de distinto tamaño separados por patios y por el núcleo de comunicación. De este modo el programa, tan condicionante en este tipo de edificios, se materializa haciendo legible el funcionamiento del edificio y clarificando su uso por parte tanto del personal como del público.
Esto permite que los interiores se abran mediante grandes ventanales en contacto con el exterior y las amplias vistas del entorno. Al mismo tiempo, al fragmentarse el edificio se separa en piezas de un tamaño más “doméstico” y se inserta de forma natural en el solar. Para mejorar su integración en el entorno, los espacios residuales del solar se incorporan al uso público eliminando barreras innecesarias y aumentando la cantidad y la calidad del ámbito circundante.