El proyecto se plantea como una sucesión de ámbitos concéntricos en torno al centro cívico. El borde exterior de la manzana se establece como la zona de tránsito peatonal urbano, como un espacio de conexión, que absorbe las irregularidades de la geometría y topografía de la manzana

Separado de esta primera zona por unos parterres de césped natural y arbolado de nueva plantación, nos encontramos el ámbito interior, que se configura como una gran plaza de acceso al centro, al que rodea y sirve de alfombra sobre la que hacer su presentación, con un pavimento diferente.

Los diferentes accesos laterales y traseros se marcan con un cambio de orientación del pavimento. Para la protección de las fachadas se disponen bandas de grava en el contacto con el edificio. En esta zona se incorporan luminarias de leds empotradas en suelo que van marcando los diferentes accesos.

Por último, la zona verde se dispone como un jardín resguardado del tránsito urbano, gracias a su posición inferior con respecto a la acera existente. Se busca un diseño fragmentario, de manera que su tamaño aparente sea mayor. Así, se disponen pequeñas parcelas rectangulares con diferentes acabados: zonas de césped sintético de colores, marmolina de diferentes tonos, cortezas de pino y especies de árboles de hoja caduca. Esta zona tiene un carácter de estancia y descanso, por lo que se incorporan bancos para sentarse y una zona de juegos para niños. La iluminación se resuelve mediante farolas de media altura.